Es normal más o menos habitual que los escritores,
una vez publican sus novelas, hagan presentaciones e incluso giras por
diferentes ciudades, para promocionar los títulos, al mismo autor y vender más
libros, que de eso se trata también, no nos engañemos. Sea en librerias, centros comerciales, inclusó hay cafés y sitios dedicados a la literatura que suelen hacer ese tipo de actos. Por supuesto, está el
contacto con los lectores, dedicar los libros y hacerte fotos con los fans. Que
probablemente, es lo que a un autor más le llena realmente.
Mi primera firma de un libro |
He de confesar que cuando me metí un poco en serio a
esto de ser escritor, una de las cosas que menos me gustaba o apetecía era lo
de las presentaciones. Para quien no me conozca bien, digamos que soy tímido, y
lo de hablar, y más en público, no se me da demasiado bien. Así que el pensar
en sentarme ante un montón de gente (aunque sean diez o quince) y ponerme a
hablar, siendo yo el centro de atención, pues hacía que me entrasen sudores
fríos y se me pusieran los pelos de punta.
¿Es realmente
útil hacer presentaciones aquí o allí? Ir
de ciudad en ciudad, presentando tu libro, hablando de él, promocionándolo y demás.
Pues sinceramente, no lo sé, imagino que él que hablen de ti y tu novela, sea
bien o mal, y la publicidad que genera estos eventos, algo ayudará, está claro.
Vale la pena tener que trasladarte en tren o avión a los diferentes eventos, el
cansancio, el ir de aquí para allá, pues es una pregunta para la que aún no
tengo respuesta.
De los amigos que tengo que son escritores,
normalmente, me dicen que son agradables y suelen ir bien, algún otro me ha
dicho que son un coñazo y que si pudiese escaquearse, lo hacía. En las que he
estado, no muchas, por el momento, me lo he pasado bien y los actos han sido
entretenidos y amenos, pero eso desde la silla de espectador, por qué al
imaginarme sentado yo en la mesa, en vez del autor/a al que he ido a ver, delante del micrófono y hablando, me entra la
sensación de que me tendrían que atar a la pata de la mesa con una cadena para
no hacer el numerito de “escritor a la fuga” y salir por patas.
Mi manera de ser, y mi timidez crónica habitual,
pues no es que ayuden mucho, me da bastante respeto el asunto. Y el truco ese que se suele decir de
imaginarse a todos los asistentes desnudos no sé yo si seria de mucha ayuda…
Lo de las firmas y demás, pues no me desagrada, las
pocas veces que lo he hecho, pues no ha estado nada mal, claro que no ha sido
con la presión de tener que hacerlas, con mucha gente y con cola para las
dedicatorias y demás, que me supongo que no es lo mismo, ni mucho menos.
Soy consciente de que es algo inevitable y que
tendré que hacerlo, porque es claro que
es bueno para mi novela (y obras que vendrán), mi editorial, y todo lo demás,
eso no evita que me ponga nervioso al pensar en ello, piense que tendré que meterme un par de cubatas o birras antes de la
presentación para calmar los nervios y el pánico escénico que le tengo a las
presentaciones.
Quién sabe, igual tras las dos primeras, le pilló el
truco y luego me salen de cine, y salgo triunfante de las mismas.
Sea como sea, como se suele decir, cuando toqué, que
sea lo que Odín quiera!! Y espero que esteis allí, si no he salido corriendo, claro....
1 comentario:
Animo hombre. No pienes en ti. piensa en los lectores, que eso ayuda. la ilusion que les hace , y a saber si no serña la presentacion lo que les alegre el dia ;)
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