viernes, abril 06, 2012

Últimas Lecturas: Los Caminantes por Carlos Sisí

Desde hace unos años, el llamado genero Z o genero zombi tiene un resurgir y una popularidad como no se había visto nunca, tanto en cine, como en comics, o TV, por no hablar de la literatura, donde ya es todo un subgénero con identidad propia, y en especial, la literatura Z con denominación de origen española.
Dolmen es la editorial que está en cabeza en cuestión del género, apostando claramente por autores españoles, uno de sus mayores éxitos es la trilogía de los Caminantes, obra del escritor Carlos Sisí.
Los Caminantes es una novela que tenía pendiente desde hacía mucho tiempo y finalmente hace poco pude leerla.
Es una obra que una vez comienzas a leerla, te quedas pegado a ella y hasta que no la terminas no puedes dejarla, engancha mucho y te dejas llevar en una viaje a toda velocidad y sin frenos, absorberte por completo por la historia y quedándote con ganas de mucho más.
Me lo leí en dos tardes y disfrute enormemente del libro.
Los Caminantes cuenta como una epidemia zombi se extiende sin rápidamente y sin explicación por todos lados, centrándose en la ciudad de Málaga y los supervivientes que allí quedan. No solamente los infectados se convierten en muertos vivientes, si no que los muertos salen de sus tumbas para atacar a los vivos. En este marco, se siguen las diferentes vivencias de algunos de estas personas que han sobrevivido en una ciudad donde los vivos son minoría, paralelamente vamos sabiendo cómo se extendió la infección, y cómo consiguieron salvarse y llegar a la situación actual.
Gente de todo tipo, clase o cultura, tendrá que arrimar el hombro si quieren seguir viviendo en un mundo dominado por la muerte y la miseria. Por si fuera poco, tenemos a un personaje realmente terrorífico y espeluznante, el padre Isidro, un párroco malagueño que creé que están realmente en el juicio final, el apocalipsis que ha enviado Dios para castigar a los pecados y a los infieles. Es estremecedor sobre todo porque sabemos que hay mucha gente así realmente, que reaccionaria de igual manera y que consideraría una desgracia semejante o cualquier otra con un castigo divino.
Los personajes están bien construidos, y llegas a vivir las situaciones difíciles con ellos con tensión, las descripciones de los ataques zombis, así como de su comportamiento son de diez. Añade algunas novedades que al menos yo no había visto o leído en otras obras del genero zombi.
El recorrido por la Málaga zombificada y apocalíptica está muy lograda, y te llegas a hacer una imagen realista de lo que ocurre, y tanto si has estado en la ciudad, como si nunca la has pisado (mi caso, por ejemplo), te llegas a creer que estas caminando por las lóbregas y solitarias calles de la ciudad donde los muertos caminan (y corren) por todas partes.
He de reconocer que aunque soy muy aficionado al género de terror en general, y también, cómo no, al de los zombis, es mi primera novela completa del género. He visto muchísimas películas de la temática y leído algunos relatos, pero aún no había tenido la oportunidad de disfrutar de una obra completa que tratase una historia de estas características.
No será la última, desde luego, un nuevo mundo literario se abre para mí desde ahora, esta claro.
Necrópolis, segunda parte de los Caminantes

En definitiva, una obra imprescindible y que debe estar en toda estantería del fan al género o simplemente a las buenas novelas, y esta lo es, y mucho.
No me extraña que lleve tantas ediciones (mi libro es de la edición número 12, y no recuerdo si llevan ya alguna más).
Especial mención a la espectacular portada de Alejandro Colucci, que  se ocupa de las portadas de toda la trilogía, y que tiene muchas de sus magnificas ilustraciones en otras obras de la editorial Dolmen.
Ardó en deseos de poder leerme muy pronto la segunda parte llamada Necrópolis, y vaya si lo haré. Y seguiré muy atentamente otras obras de Carlos Sisí, por la cuenta que me trae.

1 comentario:

Tony Jiménez dijo...

Muy buena reseña con la que estoy de acuerdo al cien por cien. Un libro cuya máxima virtud es que engancha cosa mala, jeje.